Este mes de septiembre comienza el proyecto LIFE-NITRAZENS Supporting Nitrate Governance through Citizen-Engaging en el que colaboran las investigadoras del grupo RAMA, MªAngeles Lorenzo y Farida Dechmi y la técnica de investigación, María Balcells.

El principal objetivo de este proyecto es mitigar uno de los mayores problemas de contaminación de las aguas en nuestro país como es la contaminación por nitratos. Se trata de un proyecto novedoso en la medida en la que se aplican herramientas de ciencia ciudadana que van a permitir dar a conocer y concienciar a la ciudadanía de la problemática de esta contaminación, así como introducir la gobernanza como base para la identificación y aplicación de medias que puedan ser factibles y estén consensuadas por todos los sectores involucrados.

Entre las actividades de colaboración con la ciudadanía se encuentra la recogida de muestras de agua. Se van a habilitar diferentes puntos donde todo aquel que esté interesado en conocer el contenido en nitrato de las fuentes, pozos, abastecimiento, ríos de su pueblo o ciudad podrá depositar sus muestras de agua y obtener en breve los resultados que quedarán registrados en una aplicación de teléfono móvil.

Otro de los puntos importantes del proyecto va a ser la realización de talleres colaborativos en los que se de voz a todos las agentes que de una manera u otra intervienen en la contaminación por nitratos. Con estos talleres se quiere identificar las principales dificultades con las que se enfrentan los diferentes sectores de cara a la aplicación de medias de control y mitigación de esta contaminación.

Dentro de este proyecto colaboran diferentes entidades españolas: la Universidad de Burgos, el CITA, La Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, Riegos del Alto Aragón, Innovalia, Fundación Ibercivis, Osoigo S.L, así como portuguesas: la Universidad de Coimbra, Aguas do Centro Litoral S.A, el municipio de Soure y la Associação de Beneficiários do Baixo Mondego. Las zonas de trabajo se reparten entre las cuencas del Jalón-Jiloca, Matarraña-Guadalope, Flumen-Alcanadre en Aragón; Segovia, Valladolid y Burgos en Castilla y León; y la cuenca del Mondego en Portugal. Cuenta con un periodo de ejecución de 3 años y un presupuesto de casi 2 millones de euros de los cuales el 60% está financiado con fondos europeos.

El nitrato, si bien no es uno de los elementos contaminantes asociados a la agricultura que resultan más nocivos para la salud humana, sí que puede desencadenar algunas enfermedades como la metahemoglobinemia (síndrome del Bebé Azul) que puede afectar a bebés y a personas con problemas digestivos o sanguíneos, por lo que las autoridades limitan la concentración en el agua de consumo humano a 50 mg/L. Otras consecuencias importantes que desencadena las concentraciones elevadas de nutrientes, como es el nitrato, son los procesos de eutrofización en embalses, ríos o lagos que pueden resultar de gran afección a ecosistemas acuáticos con mortandad de peces y otros organismos además de deteriorar gravemente la calidad química del agua.